viernes, 30 de julio de 2010

Refugio debajo de la Plaza de España, Villanueva de Córdoba


Las entrañas de la plaza de España de Villanueva de Córdoba guardan el baluarte defensivo mejor conservado de toda la provincia: una enorme sala de bóvedas apoyadas en pilastras de granito y ladrillo

El secreto que guardan las entrañas de la plaza de España de Villanueva de Córdoba no parece lo que es: un refugio de la Guerra Civil construido para proteger a la población de los bombardeos de la aviación. Sus túneles son amplios, con techos altos y con una pendiente cómoda. Su interior es espacioso y hasta gozaría de cierta belleza arquitectónica si no se hubiera usado para proteger de las bombas y las explosiones a centenares de personas muertas de miedo. Más que un refugio antiaéreo, parece una bodega decorada con arcos de ladrillo sustentados por la abundante tosca de granito de Los Pedroches. Algo precioso que, como las murallas y castillos de la Edad Media, demuestra que también se puede hacer arte para defenderse.

El 27 de marzo se cumplirán 70 años de la caída de Villanueva de Córdoba, uno de los últimos pueblos de la provincia que permanecieron en poder de la República hasta el final de la Guerra Civil. Ese día, se cegó y se intentó silenciar la gran huella que dejó la contienda en el pueblo: una oquedad entre el Ayuntamiento y la iglesia de San Miguel creada para proteger a la población de los bombardeos. Ahora, siete décadas después y tras un intento hace 25 años, el Ayuntamiento de Villanueva va a reabrir el refugio, se lo va a mostrar a sus vecinos y lo va a convertir en una sala de exposiciones y de conferencias a dos metros bajo tierra; ya no servirá para proteger vidas.

Después de una obra leve, centrada en acabar con las humedades y en evitar las constantes inundaciones que sufría el refugio, el Ayuntamiento lo va a reabrir al público casi casi como se lo encontró, ya que presenta un estado de conservación que no exagera al adjetivo de perfecto. La alcaldesa, Dolores Sánchez (PP), espera que a final de enero los jarotes puedan volver a recorrer los gruesos muros de piedra del refugio, pero ya no para huir de las bombas, sino para recordar cómo lo hacían sus abuelos hace 70 años.

Pese a que está en el centro del pueblo y a que durante la Guerra Civil acogió a centenares de personas, apenas quedan fuentes documentales escritas sobre el refugio antiaéreo de Villanueva de Córdoba. Un equipo de etnólogos y arqueólogos de la Junta de Andalucía, que está inventariando los elementos de arquitectura defensiva de la Guerra Civil en Córdoba, acudió hace un año hasta Villanueva y para completar su informe tuvo que echar mano de los testimonios orales. La coordinadora de este informe, la etnóloga Mónica Alonso, describe el refugio con un "aspecto monumental y sobrio, propio de la arquitectura pedrocheña". Según su informe, este baluarte defensivo fue construido a principios de 1939, meses antes del final de la guerra, bajo la dirección del ingeniero republicano José Pascual, que aprovechó tanto la mano de obra como los conocimientos constructivos de los albañiles de Los Pedroches. De hecho, "los materiales, granito y ladrillo, así como la construcción a partir de la bóveda de arista son rasgos muy característicos de la comarca", explica Mónica Alonso.

Todos los testimonios orales coinciden en que el refugio se excavó y luego se usó la misma tierra que se sacó para protegerlo. Además, en la plaza de España se colocaban cerros de paja para amortiguar el impacto de las bombas. Estos testimonios, recogidos de unos jarotes que hoy son octogenarios, recuerdan como "los burros acarreaban desde los alrededores piedras, tierra y ladrillos" y como la mano de obra no sólo estaba compuesta de soldados y hombres del pueblo, sino también de mujeres y niños, "que se encargaban del transporte de material".

Este abundante número de trabajadores y la coordinación de los albañiles con todo un ingeniero como José Pascual explican algo que todavía hoy sorprende a quien visita el refugio: "¿cómo es posible que lo hicieran tan rápido y tan bien?". Esta pregunta se la hace de forma constante Francisco Bejarano, encargado de la Cooperativa de Construcción de Villanueva de Córdoba para las obras de adaptación del refugio. Bejarano ha dirigido unos trabajos que apenas han costado 127.000 euros (subvencionados a cargo de los Planes Provinciales) y que se han centrado en acabar con las eternas inundaciones del refugio. En 1983, siendo alcalde Francisco Tebas, ya se intentó recuperar este tesoro oculto en el subsuelo de la plaza de España, pero el agua de lluvia no paraba de filtrarse y de inundar la zona como si de una cisterna romana se tratase, por lo que se abandonó la idea. Cuando hace apenas un año el Ayuntamiento lo reabrió con la intención de adaptarlo de una vez por todas, el agua tenía una altura de 60 centímetros. Hoy, se ha colocado una bomba y se conduce toda el agua hacia un desagüe que se ha construido por debajo del nivel del suelo del refugio. Problema resuelto.

Fue esa mano de obra tan numerosa -durante la Guerra Civil, Villanueva duplicó su población, al acoger a miles de soldados y refugiados, según explica el historiador Francisco Moreno Gómez- la que configuró un refugio con tres accesos principales desde diferentes lados de la plaza. La entrada principal se situaba al pie de la portada principal de la iglesia de San Miguel, convertida durante la contienda en un almacén de abastos. La parroquia conservó las campanas, que servían de alarma cuando se avistaban aviones. Esta entrada -conocida durante años por los jarotes como la boca del metro- posee una escalinata de granito que conduce a un pequeño pasadizo que a su vez desemboca en la gran sala abovedada, que sorprende al visitante por sus dimensiones (20 por 12 metros). Junto a esta entrada, el Ayuntamiento construyó unos servicios públicos a principios de los 80, que ahora van a volver a ser recuperados.

Según describe Mónica Alonso, otra entrada se disponía en la fachada del Ayuntamiento y la última junto a la pretoría de la iglesia. Hoy, en sus bocas se han instalado dos respiraderos. Estas dos últimas entradas descienden hasta el refugio a través de una galería realizada con bóveda de cañón en ladrillo que se apoya en una mampostería de granito. El túnel de la pretoría de la iglesia surca los cimientos del templo a través de unos 70 metros, una longitud impresionante e inquietante. Estas dos entradas están construidas en zigzag, para evitar que la onda expansiva de las bombas llegaran al interior del refugio.

Sin embargo, y por suerte, el refugio se usó poco. Durante toda la Guerra Civil, Villanueva de Córdoba sufrió entre seis y siete bombardeos, según explica Francisco Moreno Gómez, autor de La Guerra Civil en Córdoba y jarote de nacimiento. Además, estos ataques aéreos tampoco fueron demasiado destructivos, aunque muchos causaron muertes, como la de un matrimonio al que sorprendió un bombardeo fuera del refugio, y anécdotas como las de una pila en la calle de Las Navas, que voló hasta los tejados de una casa. "Los bombardeos en Villanueva fueron más intimidatorios que otra cosa" y no tan cruentos como los que sufrieron El Viso, Bujalance, Cabra o la propia Córdoba capital en distintas ocasiones. Y todo a pesar de que Villanueva fue desde la Navidad de 1936 la capital de la zona republicana de Córdoba. En el municipio jarote se refugió el Gobierno Civil, la sede de la Diputación en el convento de Cristo Rey y hasta la sede provincial del PCE en la mansión de Antonio Herrera. Aparte, casi todas las grandes casas señoriales estaban atestadas de soldados de las brigadas mixtas, de la 63ª División de las Brigadas Internacionales, de la 14ª Sección andaluza del Cuerpo de Guerrilleros y del hospital de sangre (ubicado en el hospital Jesús Nazareno) del 8º Cuerpo de Ejército de la República. Todos, soldados, heridos, jarotes y asilados políticos (sobre todo de la comarca de la Vega del Guadalquivir) se protegían de las bombas entre las columnatas del refugio de Villanueva de Córdoba.

Ahora, ha sido una alcaldesa del PP la que ha apostado por recuperar una huella de "nuestro pasado", pero no "para dividir y enfrentar una vez más", sino para "recordar lo que sufrieron nuestros padres y abuelos", explica Dolores Sánchez, mientras sube y baja túneles en los que a partir de enero ya no se escucharán gritos y llantos.
Fuente: eldiadecordoba.es

jueves, 29 de julio de 2010

Escudo de Villanueva de Córdoba



El Escudo de Villanueva de Córdoba, es el blasón de la Villa de Villanueva de Córdoba desde que Carlos I de España le concedió el título de villa al municipio en 1553.

Descripción del escudo de Villanueva de Córdoba:
El escudo de Villanueva de Córdoba, aunque nunca le fue concedido de forma oficial, está formado por las armas del emperador Carlos I de España, y Carlos V como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que fue heredero de cuatro monarquías europeas y el primer monarca que unió en su persona las coronas de Castilla, de Aragón, el Reino de Nápoles y Sicilia, recibidas por herencia materna. Por vía paterna recibió los Países Bajos Borgoñones, los Estados hereditarios de los Habsburgo y la posibilidad de acceder al trono imperial. Muchos de los territorios de los extensos dominios de Carlos I de España aparecieron representados en los complejos escudos que ostentó a lo largo de su vida. La descripción o blasonamiento de su escudo grande desde el año 1520 es la siguiente:
Escudo cuartelado. En el primer y en el cuarto cuartel, un contracuartelado del cuartelado de gules y un castillo de oro, almenado de tres almenas, con tres homenajes, el de en medio mayor y cada homenaje también con tres almenas, mamposteado de sable y aclarado de azur (por el Reino de Castilla) y de plata y un león de púrpura, coronado de oro, lenguado y armado de lo mismo (por el Reino de León); en el tercero partido, cortado en su diestra de oro y cuatro palos de gules en el jefe (por el Reino de Aragón), en la base de gules y una cadena de oro, puesta en cruz, aspa y orla, cargada en el centro de una esmeralda de su color (por Reino de Navarra), y en su siniestra partido, a la diestra de plata y una cruz potenzada de oro cantonada de cuatro cruces latinas del mismo metal (por el Reino de Jerusalén),[1] y a la siniestra fajado, ocho, de gules y de plata (por el Reino de Hungría); en el cuarto partido, cortado en su diestra de oro y cuatro palos de gules en el jefe (por Aragón), en la base de gules y una cadena de oro, puesta en cruz, aspa y orla, cargada en el centro de una esmeralda de su color (por Navarra), y en su siniestra partido y flanqueado, jefe y puntas de oro y cuatro palos de gules, flancos de plata y un águila de sable, coronada de oro, picada y membrada de gules (por el Reino de Sicilia). En el tercer y cuarto cuartel un cuartelado: en el primer cuartel, de gules y una faja de plata (por Austria); en el segundo cuartel, de azur, sembrado de flores de lis de oro y bordura componada, cantonada de plata y gules (Borgoña Moderna); en el tercero, bandado de oro y de azur con bordura de gules (Borgoña Antigua); en el cuarto, de sable y un león de oro, coronado de lo mismo, lenguado y armado de gules (por Brabante); sobre el todo escusón partido de oro y un león de sable, lenguado y armado de gules (por Flandes), y de plata y un águila de gules, coronada, picada y membrada de oro, cargado el pecho de un creciente trebolado del mismo metal (por Tirol). Entado en punta de plata y una granada al natural, rajada de gules y hojada de dos hojas de sinople (por Granada).


Escudo de Carlos I de España.
El escudo rodeado con el collar del Toisón de Oro, acola el águila bicéfala del Sacro Imperio Romano-Germánico sobre la Cruz de Borgoña de gules. Acompañado de dos columnas de plata, con la base y capitel de oro, sobre ondas de azur o azul y plata, superada la corona imperial la diestra, y de una corona real la siniestra, ambas de oro, y rodeando las columnas una cinta de gules o rojo, cargada de letras de oro, en la diestra "Plus" y en la siniestra "Ultra", (del latín Plus Ultra). Timbra la corona imperial, que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, cerrada con forma de mitra, compuesta de ocho florones de hojas de acanto, visible cinco, interpoladas de perlas y de cuya parte central, abierta, salen tres arcos o diademas decorados con pedrería o perlas, rematada la central en el mundo de azur o azul, con el semimeridiano y el ecuador en oro, sumado de cruz de oro. La corona forrada de gules o rojo.''
Fuente:http://es.wikipedia.org

miércoles, 28 de julio de 2010

C.E.I.P. Moreno de Pedrajas


Colegio de Educación Infantil y Primaria del municipio de Villanueva de Córdoba. El edificio está situado en la plaza de la Fuentevieja y tiene entrada por la calle Alta nº 2 y por la calle San Gregorio Nº 1.
Historia del centro:

En el solar en el que hoy se alza el edificio estuvo en siglos pasados el primitivo hospital de Jesús Nazareno de la localidad. Un sacerdote insigne de la localidad, Don Bernardo Moreno de Pedrajas, dueño de la finca donde hoy se alza el colegio, había dispuesto en su testamento la fundación de un hospital para la asistencia de enfermos y que el hospital se alzase en la casa que el habitaba, que era donde actualmente se alza el colegio.

En 1864, una terrible tormenta arrasó el hospital de Jesús Nazareno, pero aún siguió abierto hasta el año 1888 en que fue clausurado.

El 8 de septiembre de 1905, siendo alcalde de Villanueva de Córdoba Don Esteban Rodríguez Silva, se colocó la primera piedra del edificio destinado a Escuela Pública, que volvería a ser ampliado en 1921.

Durante la Guerra Civil Española el edificio fue ocupado por militares y refugiados de la guerra y durante la posguerra fue utilizado por el Servicio Nacional de trigo, como almacén de aceites y posteriormente, como Comandancia móvil de la Guardia Civil.

Parece ser que durante el curso escolar 1950-1951 volvió a ser utilizado como colegio. En 1964 se creó la Agrupación escolar mixta "Moreno de Pedrajas", siendo su primer director Don Manuel García Gil. El edificio fue completamente remodelado entre 1984 y 1985.
Fuente:http://wikanda.cordobapedia.es/

Fuente de la Bellota


La Fuente de la bellota se encuentra localizada en el municipio de Villanueva de Córdoba en la Plaza de la Fuente Vieja.

Se construyo en 1967, cuando el alcalde don Juan Blanco Mohedano reformó la plaza. La fuente termina en una bellota como homenaje a este fruto de gran influencia en la economía del pueblo. El agua llega a los surtidores a través de un motor localizado en el pozo, que fue tapado en la misma fecha.

Bibliografía:

-Ocaña Torrejón, Juan. Callejero de Villanueva de Córdoba (colección de datos históricos). Pozoblanco. Imprenta Pedro López. 1972.
Fuente: http://wikanda.cordobapedia.es/

Ermita de Jesús de Villanueva de Córdoba


Ermita de Jesús. Edificio religioso desaparecido que se encontraba en la calle Real de Villanueva de Córdoba, y del que en la actualidad sólo se conserva la portada. Databa del siglo XVI.
La ermita de Jesús de la localidad de Villanueva de Córdoba, hoy desaparecida, estaba situada en la calle Real, enfrente de donde hoy se alza el Restaurante Las Columnas. Debió de iniciarse su construcción a principios del siglo XVI, aunque se desconoce la fecha exacta.

En el siglo XVI existía en el municipio una hermandad conocida como "Cofradía del Nombre de Jesús", que tenía a su cargo el Hospital de la Santa Caridad, desparecido en la actualidad, que se encontraba al lado de la Ermita de Jesús. La cofradía anteriormente mencionada también tenía a su cargo la Ermita de Jesús, cuya edificación fue costeada por los miembros de dicha cofradía. Había en el interior de la ermita una pila de agua bendita, de mármol, en la que se hallaba inscrita la fecha "1657", que debía corresponder al año en que fue colocada.

La Escuela de Cristo, hermandad extendida por toda España, tenía su sede en Villanueva de Córdoba en la desaparecida ermita de Jesús, habiendo sido aprobado el establecimiento de la hermandad en la localidad en el siglo XVII. La Escuela de Cristo estaba compuesta por doce miembros, varones en memoria de los doce Apóstoles. Practicaban una rigurosa disciplina en sus oraciones y sacrificios. En Villanueva de Córdoba, la Escuela de Cristo desapareció a principios del siglo XX.

En 1899 se confirmó la propiedad del obispado de Córdoba sobre la sacristía y la casa del santero de la ermita, que aún subsistían, pero el resto de la parcela que lindaba con la ermita pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de la localidad. En dicha parcela se construyó una escuela de párvulos y una casa para la maestra.

En la ermita de Jesús se custodiaban, entre otras, la imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores y el Santo Sepulcro, adquiridas todas ellas en la década de 1820. Dichas imágenes, junto con la propia ermita de Jesús, que fue convertida en refugio antiaéreo, fueron destruídas en julio de 1936, al comienzo de la Guerra Civil Española. Tras ésta, y según relata Juan Ocaña Torrejón en su obra Callejero de Villanueva de Córdoba sólo se conservaba del interior de la ermita el crucero del altar. El estado en que se encontraba aconsejó su venta y en 1964 fue adquirida por Bartolomé Torrico Martos. Años después, la viuda del propietario, Antonia Torrico Ayllón, destruyó toda la obra del refugio antiaéreo, construído por los republicanos, conservándose desde entonces únicamente la portada de la ermita y el crucero, en el interior.
Fuente: http://es.wikipedia.org/

Ermita de San Gregorio de Villanueva de Córdoba ( Desaparecida )


La desaparecida Ermita de San Gregorio era un edificio religioso que se encontraba en la localidad cordobesa de Villanueva de Córdoba, y que se alzaba donde en la actualidad se encuentra la Biblioteca Municipal de la localidad.
Se ignora la fecha de construcción de esta ermita, así como se ignora la mayor parte de lo relativo a ella, pero debió de ser construida en el siglo XV, al tiempo que se la ponía bajo la advocación de San Gregorio, santo que gozaba de gran devoción en todo el Valle de los Pedroches, por ser "abogado contra las plagas del campo", en especial contra las langostas, procedentes de los campos de Alcudia. Se fundó una hermandad en Villanueva de Córdoba con el nombre de San Gregorio, y de las hermandades fundadas en el municipio durante la Edad Moderna, ésta era una de las más antiguas, y ella sufragó la construcción de la ermita.

La hermandad o cofradía de San Gregorio celebraba sus fiestas el día 9 de mayo, sacando en procesión al titular y los vecinos de las calles cercanas hacían, en la noche previa a la de la procesión, fogatas con sarmientos en las puertas de sus casas. Al terminar la Guerra Civil Española, la hermandad, ya muy reducida en cuanto al número de sus miembros, desapareció. Después de la Guerra Civil se intentó volver a acondicionar el templo, cuyas condiciones estructurales habían permanecido inalteradas, para el servicio religioso. Pero las autoridades dispusieron su cierre, hecho que ocasionó protestas entre los vecinos de la localidad, que ya habían limpiado y adecentado el edificio, que en la Guerra Civil había sido utilizado como almacén por el ejército republicano.

Una fotografía que se conserva de la ermita de San Gregorio, tomada en 1940, muestra que era una un edificio de una sola nave, estando construida su portada principal en granito y estando formada por un arco de medio punto con moldura exterior. Su tejado estaba formado por una cubierta a dos aguas y en la fotografía que se conserva de ella puede apreciarse una espadaña, aunque es difícil precisar si había alguna campana en ella. En su interior se guardaba una imágen de San Gregorio, así como algunos otros santos, que fueron quemados en 1936, durante la Guerra Civil Española.

En 1813, Don Bernardo Moreno de Pedrajas, vicario de la villa de Villanueva de Córdoba y natural de ella, dispuso la creación de un Cementerio Municipal, donando un terreno para ello que lindaba con la ermita de San Gregorio. Al parecer, sobre el dintel de la puerta de entrada al camposanto se hallaba una inscripción que decía: "oy a mi, mañana a ti. Año 1813". El cadáver de Don Bernardo Moreno de Pedrajas recibió sepultura en su momento en la parte anterior de la entrada a la ermita, bajo una lápida de piedra negra. En 1866 el Ayuntamiento adquirió una pequeña parcela a espaldas de la ermita, con objeto de ampliar el cementerio. El aumento de la población obligó a pensar en la construcción de uno más extenso y así se acordó en 1898, siendo alcalde Francisco Cañuelo Blanco. La primera piedra del nuevo cementerio se colocó en 1902 y fue bendecido y dedicado a San Miguel Arcángel, patrono de la localidad, en 1906. El último cadáver que recibió sepultura en el cementerio de San Gregorio fue el de un niño de tres años, llamado Blas Amor Tamaral.

El viejo cementerio de San Gregorio permaneció cerrado, aunque respetando las sepulturas, hasta 1944, en que se comenzó a demoler, con el objeto de construir en su solar un jardín público, que jamás llegó a construirse. Los restos mortales que aún permanecían en el camposanto fueron extraídos de sus tumbas. Los restos de Don Bernardo Moreno de Pedrajas fueron trasladados con gran ceremonia al hospital de Jesús Nazareno y depositados bajo una losa de mármol con inscripción grabada, en los escalones que comunican la sacristía con la Iglesia del Hospital y allí permanecen hasta el día de hoy.

Al comenzar el derribo, dieron también comienzo las ventas y donaciones de parcelas en el ejido de este nombre, lo que hizo que este desapareciera casi en su totalidad, edificándose en él las calles que enmarcaban el Antiguo Matadero Municipal, y cuyas calles y casas se conocían como "casas del Dieciocho de Julio".

En 1969, siendo alcalde de Villanueva de Córdoba Juan Blanco Mohedano y ya demolida la ermita, el solar del antiguo cementerio fue donado al Servicio Nacional de Lectura, y en él se levantó el edificio de la Biblioteca Pública Municipal, que fue abierta al público en el verano de 1970. En su fachada principal se colocó un plano de la población en azulejos policromados, de gran tamaño, que fue donado por Pedro García Cañuelo.

Conviene señalar que el cierre de la ermita, ordenado a poco de finalizar la Guerra Civil por las autoridades religiosas de la localidad, y su posterior demolición, generaron malestar en los ciudadanos jarotes. De hecho, estuvo a punto de llegarse a la recolección de firmas para evitar la demolición de la ermita, que a pesar de los diferentes avatares sufridos a lo largo de su historia, aún se encontraba en un razonable buen estado. Pero los ruegos no sirvieron de nada y la ermita de San Gregorio fue demolida.
Fuente: http://es.wikipedia.org/

Ermita de la Virgen de Luna


La ermita de la Virgen de Luna, patrona de las localidades cordobesas de Villanueva de Córdoba y Pozoblanco es un edificio religioso que encuentra en el centro de la Dehesa de la Jara, en el coto de Navarredonda, a unos once kilómetros de Villanueva de Córdoba. Se construyó aproximadamente a mediados del siglo XV.
Es un edificio de planta cuadrada con tres naves separadas por columnas de granito con capiteles toscanos, sobre los que cabalgan arcos de medio punto que soportan la cubierta de madera que cubre el edificio. El presbiterio es de planta cuadrada y se cubre con una cúpula sobre pechinas con linterna. La cabecera del templo es semicircular interiormente y plana de cara al exterior. La sacristía es de planta rectangular. Hay dos puertas que permiten acceder a la ermita, una en la nave derecha y otra a los pies, que constituye la portada principal. Ambas puertas son adinteladas y construídas en granito. La obra de la ermita se completa con una espadaña de un solo cuerpo en ladrillo y un pórtico pequeño.

En el interior de la ermita destaca la imágen de la Virgen de Luna, titular del Santuario, que se halla en el presbiterio, presidido por un Cristo Crucificado. En la nave izquierda sobresale un retablo moderno de estilo clásico que cobija la imágen de San Diego. En el lado derecho se alza un retablo donde se veneran las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, de Santa Lucía y de San José.

En 1585 se construyó una tapia para rodear la ermita. A principios de siglo fue rodeada de un muro de piedra de una altura aproximada de unos cuatro metros, con dos portones que estaban situados en el mismo lugar en el que hoy están las puertas de Pozoblanco y Villanueva. Este muro circundaba las edificaciones existentes: casa del santero, casas de Pozoblanco y Villanueva y los anexos para los animales del santero. Delante de la ermita hay una gran explanada, en cuyo centro hay un pequeño basamento escalonado con una columna de granito rematada por una cruz de hierro. Los cuatro escalones de granito que soportan la columna datan de 1642. En 1969 Pozoblanco inicia las obras de construcción de la verja actual, edificando toda la verja de la fachada que da a la explanada. En 1971, el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba aprobó las obras de construcción del resto de la verja, así como el arco de la puerta de Villanueva y la Casa-Hospedería de la Cofradía, caracterizándose ésta por la calidad de su techo abovedado.

Todo el mobiliario religioso que antiguamente contenía la ermita fue incendiado o saqueado en julio de 1936, durante la Guerra Civil Española, como un cuadro que representaba a San Martín, una imágen de Santa Lucía y otra de San Diego.

La ermita pertenece a las localidades de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, que cuidan de su conservación y buen estado.
Fuente: http://es.wikipedia.org/